Porque según dicen los spots oficiales que se difunden por los medios de comunicación ahora va a haber más trabajo para los periodistas, los técnicos, los sonidistas, los actores, pero sacando a los periodistas y comunicadores, ¿ese grupo no pertenece al sindicato de televisión?
Esperanzados están los obsecuentes que hicieron de su primera causa nacional el pasarse al movimiento de los pingüinos habiendo militando en movimientos trotskistas, marxistas y demás.
Esperanzados están los militantes de facciones de izquierda que están sacándole los ladrillos al capitalismo de los medios de comunicación en Argentina: el grupo Clarín.
Esperanzados están los que obtendrán una tajada de esa cantidad de medios que se van a constituir de ahora en más porque ahora van a ser directivos y van a mandar.
Esperanzados están los que ya están tejiendo relaciones para recordarles a los hacedores de la ley que se acuerden de esos viejos años de militancia en la universidad y que los nombren para dirigir un medio oficialista de ahora en más.
Esperanzados están los que se verán beneficiados por la pauta oficial a cambio de difundir todo acto en el cual la presidenta sea la protagonista.
Esperanzados están aquellos que mediante la manipulación ideológica de que Clarín es el enemigo, pueden planificar ahora con la ley aprobada sus vacaciones de verano.
Esperanzados están hasta los estudiantes de comunicación de las universidades nacionales del país porque la antigua ley de radiodifusión es mala por haber sido producto de la dictadura.
Esperanzados están los que podrán ahora pasar a ser los patrones neocapitalistas (a pesar de que cuando mencionan esa palabra piensan que es horrenda) y contratar a cualquiera que diga ser periodista pero que como no tiene formación podrá ser manipulado según el antojo de los nuevos neos.
Esperanzados están los que van a informar todo lo positivo del gobierno y nada negativo del Indec, de la inflación, de la cantidad de pobres en el país y de cómo crecen las cifras de desnutrición en el país.
Esperanzados están los empresarios cercanos a Néstor Kirchner, sus testaferros porque de ahora en más se srrojarán sobre los medios de comunicación cuando llegue el momento de que los grupos se tengan que desprender de sus radios, sus canales de televisión y sus portales.
Esperanzados están porque los medios de comunicación van a ser tan manipulados como los de la provincia de Santa Cruz.
Hoy no hay nada para celebrar porque esta ley suprime la libertad de expresión de todos, no tan sólo de los periodistas, de los comunicadores, sino de todos los ciudadanos argentinos del país.
Para dar un marco informativo, la antigua ley de Radiodifusión 22.285 sancionada el 15 de septiembre de 1980 constaba de 116 artículos. En el año 1999 fue modificada y se derogaron 16 artículos.
La cuestión que quizás debieron haber remarcado aquellos que defenestraron la antigua ley es que se la respetó mientras los militares la impusieron y que en 1999 fue modificada.
Salvando las diferencias de la antigua ley con ésta nueva ley de medios de comunicación audiovisual es que la nueva reglamentación se va a respetar al pie de la letra porque es lo que pretende Néstor K. y sus testaferros para que se queden con la mayoría de los medios de comunicación argentinos.
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