

Algunos anónimos piden por la abolición de la ley nacional de Radiodifusión que aún sigue vigente. En Venezuela, activistas simpatizantes de Chávez atacaron la sede de Globovisión y las dos periodistas estadounidenses fueron liberadas gracias a la gestión del ex presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Existen intenciones de modificar la ley nacional de radiodifusión Nº 22285 promulgada el 15 de septiembre de 1980 durante el gobierno militar por motivos obvios en donde hay figuras jurídicas como el desacato que ya no está en vigencia. No sería inconsciente pensar que el matrimonio Kirchner no sólo prentende eliminar la antigua ley 22285 para poder finalmente con gusto castigar al multimedio Clarín.
Escuchar más. Una declaración a Radio Mitre emitida el martes de esta semana por la diputada electa por la provincia de Buenos Aires, Nacha Guevara fue congruente con lo que pide el pueblo: "Creo que los Kirchner tienen que escuchar un poco más".
Es de suponer que Guevara a esta altura tiene razón. Parece que tuvo que "retirarse" un poco del centro de la escena - de estar con los Kirchner en todo acto político en campaña durante los meses de mayo y junio inclusive-, para poder elaborar esta apreciación.
Seguramente porque no escuchó antes el reclamo, Guevara siguió hasta las últimas consecuencias de integrar la lista de diputados por Buenos Aires.
Ataques a la prensa venezolana. Apareció la noticia de los ataques perpetrados al canal venezolano Globovisión por parte de militantes chavistas. Es vital condenar desde la ciudadanía y desde el derecho a la información también la cantidad de medios que fue cerrando el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Pero como Venezuela no vive practicamente en democracia porque está gobernada por un militar entonces es proclive pensar que se seguirá cercenando el derecho a la información.
Liberadas. Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos fue el principal negociador para que liberaran a dos periodistas estadounidenses en Corea del Norte. Las damnificadas son Laura Ling y Euna Lee. Las comunicadoras fueron condenadas por la justicia norcoreana a 12 años de prisión debido a que las periodistas viajaron especialmente para elaborar un documental sobre los norcoreanos que se van del país supuestamente por la pobreza reinante en esa nación.