martes, 22 de junio de 2010

Una bomba de desigualdad explotó en Bariloche


Crédito: Andrea Paredes



La semana pasada la euforia mundialista opacó prácticamente la noticia de la muerte de tres jóvenes ocurrida, según los testigos -, a manos de la policía de Bariloche (Río Negro).

El joven Diego Bonefoi de 16 años perdió la vida al recibir un balazo en la cabeza. Las fuerzas policiales iniciaron una persecución policial hacia un grupo de jóvenes que eran sospechosos de haber saqueado una sucursal de "Todo" (cadena de supermercados ubicados en Rio Negro). También existió un enfrentamiento con la policía provincial, según indicaron las versiones periodísticas del Diario de Rio Negro.

Dos días después se confirmó que otros dos jovenes también perdieron sus vidas en la pueblada que se desató en contra de la policía por los procedimientos represivos que puso en marcha para desactivar las protestas de los vecinos.

Los ciudadanos reclamaron la presencia del gobernador Miguel Sáiz que no viajó hasta la ciudad turística. En estos días el intendente de Bariloche Marcelo Cascón fue agredido por los vecinos que reclamaron una serie de medidas para calmar la exaltación de la comunidad barilochense. Sáiz le pidió al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner que le envíe la Gendarmería Nacional a la provincia.

De uno y de otro lado comenzaron las marchas en favor de la policía organizadas por los comerciantes de Bariloche y las contrarias identificadas con las familias de las víctimas-, que piden la desarticulación de la cúpula policial por la represión desatada la semana pasada que dejó más de una decena de heridos.

La ciudad más turística del sur. Bariloche es una ciudad turística que está habilitada para ir todo el año. Tiene hermosos paisajes dignos de ser comparables con los de Suiza o Austria. Es un atractivo turístico para todas las edades. Los adolescentes que van de viaje de egresados al terminar su escuela media. Muchas parejas recién casadas la eligen como destino de luna de miel y los jubilados también van a Bariloche porque es una localidad tranquila si uno se aparta de las pistas de esquí y de los ruidos en los hoteles estudiantiles.

Conflicto social. Algo que estaba latente en Bariloche y se conoció la semana pasada: la desigualdad social que exhibe dos Bariloches. Una, la de la clase media y media alta que vive de los servicios relacionados con el turismo y el comercio y la otra la excluída que no tiene fuentes claras de cómo conseguir los recursos económicos para sobrevivir en una ciudad en la que los precios y costos son acordes al turismo.

Trayectos sociales. Caminar por la calle Moreno donde está ubicadas casi todas las paradas de colectivos que van hacia las barriadas barilochenses proporcionan una realidad que estuvo tapada por mucho tiempo. También se ve el otro Bariloche cuando se sale del centro en busca de la ruta nacional 40 que empalma hacia el sur con El Bolsón, Epuyen, El Hoyo y más allá Esquel, Tecka, Gobernador Costa, etcétera.

Se ven los monoblocks provinciales, los autos viejos, las viviendas que tienen la vereda desdibujada por la tierra, los alambrados presentes en vez de cercas. Los perros que custodian las humildes moradas de sus dueños y las chimeneas humeantes que dejan ahumada la ropa y las pieles de sus habitantes.

Desatendidos. Muchos adolescentes que no tienen una clara orientación respecto a sus futuros deambulan todas las tardes paseando por el centro de Bariloche. Pasan lejos de las cadenas de chocolaterías que ofrecen helados artesanales todo el año.

Otros ni siquiera llegan al centro y lo hacen en las esquinas de sus barrios. No tienen como llenar el tiempo que se pasa tan lento en los días nevados de la comarca andina.

Quizás sea tarea de los padres y de los funcionarios locales desarrollar estrategias que incentiven por ejemplo a los jóvenes a estudiar oficios que les proporcionarán una salida laboral en el futuro.





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