martes, 9 de junio de 2009

Entre el barro, las descalificaciones y sin ideas

Néstor Kirchner está enfurecido con los resultados de una encuesta publicada el domingo pasado en el diario La Nación. El estudio fue realizado por la consultoría Poliarquía y encargado por el mismo diario. Este estudio no dibujó los números que quiere ver el ex presidente Kirchner. Con esos "supuestos números ganadores", Kirchner se mostraba exultante.

Dicen algunas versiones periodísticas (una difundida por Joaquín Morales Solá) que Kirchner hasta ahora estaba convencido de que iba primero en la intención de voto en la provincia de Buenos Aires para acceder a su banca de diputado (provincia de Buenos Aires), gracias a los números que le exhibían los consultores. Pero, Morales Solá hizo hincapié que más que números reales, se tratan de dibujados y concordantes con la realidad que cree ver el ex presidente Kirchner.

A partir del domingo 7 de junio, según la encuesta publicada, le da el segundo lugar en la provincia más poblada del país con el 24,5%, mientras que el candidato de Unión Pro se ubicaría primero con el 27,6%.

Ahora Kirchner sale por cuanta cámara encienda su luz, a despotricar. Le duró poco el tono parsimonioso y conciliador de sus discursos. Ahora increpa y desafía.
Por recomendaciones de sus asesores se fue a batallar al propio conurbano. Le importa un bledo la gente, sólo ambiciona el poder, pero como en tiempo de campaña vale todo, ahora apuntó al contacto con la gente. Ya estuvo en Florencio Varela, Morón, ahora Merlo y seguirá la campaña.

Si la tendencia de intención de voto se mantiene favorable a Francisco De Narváez, la campaña será entre el barro y las desacalificaciones que se propiciarán de un lado y de otro. Mientras Macri (actual jefe de gobierno porteño) y De Narváez (candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires) también se entierran en el conurbano por los votos, Kirchner sigue relacionándolo con la causa de la efedrina y el cartel de Juarez.

Esta campaña es la más pobre (por falta de ideas y proyectos hipotéticos) e insignificante (porque no se disputa el cargo de presidente de la nación) de todas porque están en juego la renovación parcial de las cámaras de diputados y senadores del Congreso de la Nación, pero nunca los candidatos hablaron de que proyectos van a presentar una vez que adquieran la banca el próximo 28 de junio.

La renovación del Congreso le importa primeramente al partido justicialista porque está en riesgo la pérdida de la mayoría automática que le permite aprobar proyectos que sean de su propio interés y sin necesidad de negociar con otros partidos políticos.

Pero además, a sólo dos años y medio de la renovación presidencial en el 2011, las elecciones sentarían un precendente referente a quien o quienes está eligiendo la gente en las urnas.
Lo que sí parece haber acabado es el debate de ideas y de proyectos en las campañas políticas en el país. Es notorio que muchos candidatos son asesorados y le hacen caso a Jaime Durán Barba (asesor de márketing político ecuatoriano), quien afirma que hoy en la política posmoderna, no se votan ideas, sino caras.


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