Si Cristina Kirhner pensó que los tabloides británicos iban a hablar de ella por ser la única mandataria entre tantos presidentes en la cumbre del G-20, una vez que pisara suelo londinense, se equivocó. Esta vez el dato curioso de ser mujer y presidenta, de la exposición, de su fanatismo por la moda, fue opacada por la presencia de Michelle Obama.
La esposa del presidente de Estados Unidos, Michelle Obama viajó a Londres con agenda propia. Mientras su esposo sostuvo reuniones de trabajo, tomando un papel preponderante por ser el mandatario del país más poderoso del mundo, Michelle se dedicó a realizar una visita a un colegio ubicado al norte de Londres.
Según el cable de la agencia ANSA que comentó algunos fragmentos publicados en The Guardian que "Michelle fue rodeada por las alumnas, a quienes abrazó cálidamente. Luchando por no llorar, la primera dama de Estados Unidos les dijo a las niñas del colegio Elizabeth Garrett Anderson School en Islington que luchen para ser futuras mandatarias del Reino Unido..."
Además otros periódicos londinenses catalogaron a la primera dama estadounidense con adjetivos calificativos tales como "reina de los abrazos", "mujer inspiradora" y "dama electrizante".
Michelle Obama fue incluso centro de comentarios de la prensa también porque decidió romper con el protocolo real cuando abrazó a la Reina Isabel II en una recepción brindada para los mandatarios del G-20 en el Palacio de Buckinghan. También hoy el matutino español El Pais referenció en una nota, los "saltos" del protocolo de Michelle cuando le "estampo" un beso en la mejilla a Nicolás Sarkozy, premier francés. La diferencia está dada porque Barack sólo estrechó la mano de Carla Bruni.
En definitiva, tanto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como Michelle Obama al menos tienen algon en común: ambas son abogadas y sus maridos actúan en política (Néstor Kirchner le cedió el bastón presidencial después de haber culminado su mandato a su esposa ).
A simple vista, esa mujer, Michelle, tiene facilidad aparente para encantar a muchas personas en sus presentaciones públicas. Sabe y reconoce sus orígenes pasados teñidos de esclavismo. Ese hecho no la averguenza, al contrario, se puede pensar que la enorgullece. Michelle se graduó en prestigiosas universidades como Princeton y Harvard y es la primera mujer con ascendencia afroamericana en llegar a la Casa Blanca como esposa del primer mandatario estadounidense.
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